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Adolf HITLER |
La
II Guerra Mundial. |
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Entrevista de
Hendaya
Francisco Franco declaró la
neutralidad española cuando
dio comienzo la II Guerra
Mundial, en septiembre de
1939, pocos meses después de
haber obtenido la victoria en
la Guerra Civil. Cambió su
vinculación con el conflicto
cuando, en junio de 1940, pasó
a defender la condición de “no
beligerante” del Estado
español. El 23 de octubre de
ese año se produjo una
entrevista histórica entre el
dictador español y su homónimo
alemán, Adolf Hitler, que tuvo
lugar en la ciudad de Hendaya,
situada en el suroeste de
Francia, dentro del territorio
ocupado por el III Reich,
junto a la frontera española.
El objeto del encuentro, que
se produjo en el interior de
un tren blindado estacionado
en la terminal de ferrocariles
de Hendaya, era negociar la
participación de España en la
II Guerra Mundial junto a las
potencias del Eje
Roma-Berlín-Tokio. El régimen
franquista había solicitado
previamente la obtención de
Gibraltar y todo el territorio
de Marruecos, a cambio de su
beligerancia. No obstante,
Franco arguyó durante la
reunión las dificultades
económicas que impedían la
intervención española en el
conflicto, razón por la cual
ambas partes no llegaron a
acuerdos de importancia. La
fotografía ilustra un momento
de aquella conversación. |
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Hitler era consciente de que
cualquier otra acción podría
provocar un conflicto europeo, y
no vaciló en preparar a Alemania
para una lucha que, a su juicio,
fortalecería la moral del país.
Firmó el pacto de neutralidad
Germano-soviético con la promesa
de que cedería a la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS) una parte del territorio de
Polonia cuando esta nación fuera
derrotada, para lo cual la atacó
en septiembre de 1939. Los polacos
fueron sometidos con rapidez y sus
aliados, los británicos y los
franceses, que habían declarado la
guerra a Alemania, no pudieron
hacer nada para ayudarles. Las
fuerzas de Hitler invadieron
Dinamarca y Noruega en la
primavera de 1940 y, pocas semanas
después, vencieron a las tropas de
los Países Bajos, Bélgica y
Francia. La derrota de Gran
Bretaña pudo evitarse gracias a la
intervención de las Fuerzas Aéreas
Reales (RAF), que rechazaron a la
Luftwaffe (fuerzas aéreas
alemanas). |
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Hitler tras el atentado de
julio de 1944
El 20 de julio de 1944, el
dictador alemán Adolf Hitler
sufrió un atentado planeado
por un grupo de oficiales
cuando se encontraba en su
cuartel general de Rastenburg
(Prusia Oriental). Esta
fotografía reproduce un
instante inmediatamente
posterior al fracasado intento
de magnicidio del que Hitler
salió prácticamente ileso,
aunque aquí se le puede
apreciar dolido por las
heridas provocadas por el
artefacto explosivo. De
izquierda a derecha, en primer
plano, aparecen Wilhelm Keitel,
Hermann Wilhelm Goering,
Hitler y Martin Bormann. |
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Hitler, dejándose llevar por su
ambición y su odio al comunismo,
volvió su atención hacia la Unión
Soviética. Su primer paso fue
conquistar la península Balcánica
para proteger este flanco. La
invasión de la URSS, que comenzó
en junio de 1941, no tardó en
llevar a los ejércitos alemanes a
las puertas de Moscú pero los
rusos les obligaron a retroceder
en diciembre, precisamente cuando
Estados Unidos decidió intervenir
en el conflicto. Fue en ese
momento cuando Hitler se dio
cuenta de que la guerra estaba
perdida desde el punto de vista
militar, pero decidió continuar
con la esperanza de que alguna
nueva arma invencible o alguna
maniobra política milagrosa
pudiera salvar la situación.
A medida que transcurría el
tiempo, la derrota se hacía más
inevitable, pero Hitler continuaba
negándose a capitular ante la
creencia de que Alemania no
merecía sobrevivir por no haber
conseguido cumplir su misión. Por
otro lado, el plan destinado a
exterminar a los judíos seguía su
marcha durante todo este periodo,
y los innumerables trenes que
transportaban a los millones de
prisioneros a los campos de
concentración representaban una
lacra para el esfuerzo económico
de la guerra. En julio de 1944, un
grupo de oficiales organizó una
conspiración para asesinar a
Hitler y poner fin a la contienda,
pero el plan fracasó. Finalmente,
dejando tras de sí a una Alemania
invadida y derrotada, Hitler se
suicidó en su búnker de Berlín el
30 de abril de 1945, junto con la
que había sido durante largo
tiempo su compañera, Eva Braun,
con la que había contraído
matrimonio el día anterior. |
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